Con el paso del tiempo, nuestros riñones sufren un desgaste natural que puede afectar su capacidad para filtrar toxinas y mantener el equilibrio del organismo. Estudios recientes han demostrado que los exosomas administrados por vía intravenosa —pequeñas vesículas liberadas por células con funciones reparadoras— pueden tener un impacto significativo en la regeneración y mejora de la función renal y posiblemente en otros órganos.

Los exosomas provienen de células vivas, y específicamente se generan dentro de vesículas intracelulares llamadas endosomas. Son pequeños sacos de membrana (de entre 30 y 150 nanómetros) que se liberan al espacio extracelular cuando estos endosomas se fusionan con la membrana celular.

Estos exosomas actúan reduciendo la inflamación, combatiendo el estrés oxidativo y estimulando la reparación de células dañadas. Entre los beneficios observados destacan:

• Disminución de la fibrosis renal
• Reducción de procesos inflamatorios crónicos
• Mejora en la regeneración del tejido renal

Aunque gran parte de la evidencia proviene de estudios preclínicos, los resultados son prometedores y abren la puerta a nuevas terapias regenerativas para tratar el envejecimiento renal de forma segura y no invasiva.

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